Luis, Hortensia y Jerónimo

La decisión de Letizia de vivir en Roma y la disponibilidad del Gobierno Pontificio ante los Bonaparte, en contraste con la puntillosidad y, a veces, con el mezquino comportamiento de los gobiernos de la Santa Alianza, llevaron a otros miembros de la familia a Roma, aunque sólo Luis, Hortensia y Jerónimo residieron aquí de forma estable durante varios años.

En 1823, llegaron a Roma, Jerónimo, quien fuera rey de Westfalia, y Hortensia de Beauharnais, esposa del Luis, rey de Holanda. El primero, con el título de conde de Monfort, adquirió a su hermano el palacio Nuñez. La segunda, separada de su marido desde 1809, tras una breve estancia, se mudó al castillo de Arenenberg, junto al lago de Ginebra, para volver a Roma en 1826 donde vivió junto a su hijo, Napoleón Luis y a su nuera Carlotta en la villa Paolina, que la princesa Borghese, fallecida un año antes en Florencia, había legado a sus sobrinos. En 1830, ésta se mudó a palacio Ruspoli, mientras su marido Luis vivía en palacio Mancini que fue, hasta finales del siglo XVIII, la sede de la Accademie de Francia.