La Emperatriz Eugenia

En 1853 se ejecutó este retrato y con él se inauguró la serie de retratos oficiales de la joven emperatriz casada con Napoleón III desde enero. Eugenia María de Montijo de Guzmán, condesa de Teba, (1826-1920), hija de un Grande de España, que en 1807 combatió en el lado francés, conoció en una fiesta de la princesa Matilde Bonaparte a Luis Napoleón cuando éste era presidente de la República Francesa. Su elegante belleza femenina sedujo al príncipe-presidente, aunque sus consejeros intentaron disuadirle. Franz Xaver Winterhalter realizó este retrato contemporáneamente al del emperador Napoleón III. Los dos retratos agradaron a la pareja imperial - Eugenia se mostró especialmente entusiasta del suyo - hasta el punto de que fueron presentados en la Exposición Universal de París y le valieron al pintor el cargo de pintor de la Corte de Napoleón III. Winterhalter jamás cosechó el favor de los críticos contemporáneos, quienes tildaron su pintura de vulgar aunque admitieran que «de todos los pintores es el único que nos ha dado una imagen veraz de S.M. la Emperatriz». Eugenia posa ataviada con vestido de gala, ante el trono, con la corona descansando sobre un puf, con unos cortinajes al fondo que permiten entrever un escorzo de Las Tuilerías. Eugenia lo donó al conde Giuseppe Primoli. El cuadro aquí expuesto podría ser el que estaba colocado en la Sala del Consejo en Las Tuilerías.